Más de mil familias víctimas de las inundaciones reciben apoyo de ADRA en Brasil
Al regresar a sus casas después de las fuertes lluvias del comienzo del invierno en Alagoas, Brasil, las víctimas de las inundaciones ahora enfrentan las dificultades de recomenzar. Desde el 20 de julio, una fuerza tarea de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales, ADRA, ha llevado ayuda a las familias a través de donaciones. Hasta el momento, más de mil familias han recibido ayuda con canastas básicas, ropa, artículos de higiene y limpieza, además de vales de compras.
- El centro de la campaña de emergencia fue apoyar las regiones que más sufrieron con las inundaciones. Para eso, ADRA lanzó una campaña con tres puntos presenciales de donación en Alagoas, además de la contribución en dinero de personas de todo el país. El monto de las recaudaciones fue de cinco toneladas de alimentos no perecederos, cuatro toneladas de frutas y verduras, cerca de dos mil prendas de ropa y 575 vouchers de compra por el valor de 160,00 reales cada uno. Las víctimas de las ciudades de Maceió, Marechal Deodoro, Unión de los Palmares, Rio Largo y Matriz do Camaragibe fueron atendidas con las donaciones.
Un poco para quien perdió todo
Una de las beneficiadas con un vale de compras fue María Aparecida, de 49 años, habitante del pueblo Auxiliadora, en Marechal Deodoro. Desempleada, ella vivía en una pequeña casa de arcilla de barro de dos cuartos que quedó totalmente deteriorada después de las inundaciones. Sin revestimiento y con la estructura de las paredes dañada es imposible habitar el lugar por el momento. “Yo estoy en una casa provisoria del municipio viviendo con otras personas que tampoco tienen cómo volver a sus casas. Este dinero me ayudará a recuperar un poco de lo que perdí”, expresa.
En la comunidad vecina de María Aparecida, vive el conductor de lancha Cícero da Silva, de 64 años. Él vive en la región desde hace trece años y ya enfrentó otras inundaciones en el lugar. Todos los días trabaja haciendo el traslado de pobladores de la comunidad de Riacho Velho hasta Marechal Deodoro. Pero con la inundación de este año, el agua subió más de un metro en su vivienda. Él no pudo encontrar un lugar en uno de los pocos refugios de la región, entonces decidió quedarse a vivir en el barco por una semana, hasta que el nivel del agua bajó. “Sufrimos, pero es la vida que tenemos aquí. Esa ayuda vino en buena hora, no solo para mí, sino para todos los que vivimos por aquí cerca del río y que perdimos muchas cosas”, comenta.
Patrícia Inácio, de 37 años, vive con su marido y cinco hijos en la misma comunidad de Cícero. La familia, que vive exclusivamente de la pesca, perdió casi todo. Con un bebé de cuatro meses en la casa, según ella, la ayuda ya tiene destino seguro: “Será para comprar comida, que es lo que más necesitamos en este momento, y pañales para la bebé. Yo lloro mucho cuando recuerdo todo lo que ocurrió aquí, pero, desgraciadamente, no tengo otro lugar donde vivir. Si no fuera aquí, sería debajo de un puente. Me sentí muy emocionada porque esas personas vinieron a ayudarnos”, afirma.
De la emergencia al acogimiento
El Núcleo Regional de ADRA Alagoas sigue monitoreando las regiones más afectadas y ofreciendo apoyo a las víctimas. Sin embargo, según la coordinadora de la unidad regional, Carla Fontes, no se trata solo de una ayuda de emergencia. “Nosotros identificamos que la necesidad de las familias en este momento, cuando regresan a sus casas, es material de limpieza e higiene. Con el vale de compras podrán adquirir esos artículos en los mercados locales, lo que también generará movimiento en la economía de la región”, puntualiza.
Las donaciones vinieron de varios frentes. Desde el fondo internacional y sudamericano de ADRA, pasando por las donaciones en dinero en las campañas regionales y nacionales, hasta las ayudas que llegaron directamente a los puntos de recolección. Pero no termina por ahí. Las familias ayudadas previamente fueron registradas, y eso servirá para el próximo paso: el acogimiento. “ADRA tiene el trabajo de atender durante la emergencia, pero también tenemos proyectos de desarrollo social y comunitario para trabajar con esas familias para que ellos consigan mecanismos para salir de esa situación de vulnerabilidad social, expresa Carla.
Escrito por: Rebbeca Ricarte
Fuente original: adventistas.org/es