Iglesia Adventista del Séptimo Día: 160 años después
La Iglesia Adventista del Séptimo Día (IASD) comenzó oficialmente el 21 de mayo de 1863. John Byington (1798-1897), Jaime White (1821-1881) y John N. Andrews (1829-1883) fueron los primeros presidentes de la Asociación General. También en 1863 surgió la Cruz Roja y el feriado de Acción de Gracias en los Estados Unidos. Así, en 2023 la denominación no está sola en la celebración de 160 años de su fundación.
Los adventistas se resistieron a establecer doctrinas y una organización eclesiástica, por haber pasado por la dramática experiencia de la desvinculación de sus iglesias originales. El debate abolicionista y la obligatoriedad del servicio militar aceleraron el proceso de oficialización de la IASD ante la presión por una posición oficial adventista en cuanto a los “no combatientes”. Los EE.UU. emergían como una nación influyente y demandaba la organización de sus ciudadanos.
A partir de su oficialización, la IASD expandió su influencia y hoy está presente en 212 de los 235 países reconocidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En 1863 había 125 congregaciones y 3.5 mil miembros. Hoy hay 21.9 millones de adventistas en el mundo. Se estima que hay un adventista por 355 habitantes en el mundo. De medio millón de milleritas que enfrentaron el Gran Chasco de 1844, permanecieron solo 3.500 adventistas que aceptaron, entre otros énfasis doctrinarios, la doctrina del Santuario.
Lanzaron el primer ejemplar de la Revista Adventista en inglés, conocida como Second Advent Review, and Sabbath Herald, en noviembre de 1850, en Paris, Maine. Ese periódico ya daba pistas del futuro nombre del grupo que seis años antes esperaba el regreso de Jesús. En el título había dos palabras marcantes: advenimiento y sábado, elementos de identidad denominacional contemporánea. El periódico tenía 46 referencias a Cristo, 48 veces mencionaba a Dios, 25 a Jesús, 26 al advenimiento, y una la palabra adventista, citada por José Bates (1792-1872) trece años antes de 1863.
A comienzos del siglo XX ya eran conocidos como una de las agencias misioneras más activas entre los protestantes. Pero no faltaron desafíos para el crecimiento de la Iglesia Adventista en los Estados Unidos y alrededor del mundo. De 1851 a 1940, los adventistas presentaron su mensaje oralmente o por escrito en 824 idiomas en 412 países e islas. Entre 1901 y 1960, enviaron 9.150 misioneros. La generosidad de los miembros y el voluntariado misionero hicieron de los adventistas una referencia en la donación en 1980, en los Estados Unidos.
Cultura musical
Un gran legado cultural adventista para la sociedad contemporánea vino a través de sus miembros. Y la música fue una de esas expresiones. Un ejemplo de eso es el más conocido exponente contemporáneo de la música clásica instrumental, el maestro adventista Herbert Blomsteadt, de 95 años. Él comenzó como director en 1954 y dirige la Orquesta Gewandhaus de Leipzig, Alemania, habiendo pasado por las Orquestas de San Francisco, California, de la Radio de Hamburgo, Alemania, entre muchas. Sigue activo en una agenda de conciertos en 2023 y es un récord en grabación de los grandes clásicos.
La música vocal es otra marca cultural. El grupo Take 6, por ejemplo, fue formado en la Universidad Advenitsta de Oakwood y fue premiado con diversos premios Grammys, reconocimiento máximo en el rubro de la música en los Estados Unidos. También está el grupo Heritage Singers, que ya recorrió el mundo llevando mensajes inspirados en la Biblia. El King’s Herald y Arautos do Rei, respectivamente, fueron destacados en el mundo musical cristiano norteamericano y sudamericano, siendo referencia en la música evangélica. También entre los cantores solistas más conocidos en los Estados Unidos figura el pastor Wintley Phipps que se presentó ante seis presidentes norteamericanos.
Muchos himnos fueron preparados por adventistas, incluyendo We have this hope, compuesto en 1962 por Wayne H. Hooper (1920-2007), que se inspiró en las cuatro notas del tema final de la Cuarta Sinfonía Nº 1 de Johannes Brahms (1833-1897), en Do Menor, en las notas iniciales. Todavía en 1962 el maestro del entonces Instituto Adventista de Enseñanza (IAE), pastor Flávio A. Garcia (1929-2019), tradujo Oh, qué esperanza y el himno se difundió por ocasión del centenario de la organización de la Iglesia Adventista en el mundo, en 1963. A partir de 1975, el pastor Garcia estableció una larga sociedad con la Orquesta Sinfónica del Estado de São Paulo (Osesp) en Brasil.
Medicina y alimentación integral
Una contribución relevante de la Iglesia Adventista es la promoción de un estilo de vida saludable. Los hermanos adventistas Kellogg se hicieron mundialmente conocidos por eso. Uno de ellos, John H. Kellogg (1852-1943), fundó el Sanatorio de Battle Creek que señaló el inicio de la mayor red protestante de hospitales, clínicas y centros de vida saludable en el mundo, y se destacaron instituciones como el Florida Hospital y Loma Linda Medical Center. En Brasil, la revista Newsweek clasificó este año al Hospital Adventista de Manaos, por tercera vez, como uno de los mejores hospitales, en el país, en la 24ª posición entre 113 instituciones nacionales. La investigación también presentó los 300 principales hospitales para cardiología y 250 para oncología, citando al Hospital Adventista de Sydney, listado en ambas categorías.
El hermano de John, Will Keith (186-1951), fundó a Kellogg’s, la mayor empresa de alimentos matinales del mundo, y esa pareja revolucionó el desayuno en los EE. UU. y el mundo. En esa dirección, los adventistas crearon departamentos industriales en sus elecciones pioneras para generar recursos financieros para jóvenes estudiantes y muchas de esas iniciativas dieron origen a industrias de alimentos integrales como la Sanitarium, en Australia, Granix en Argentina y Superbom, en Brasil.
La Iglesia Adventista estuvo impactada por el ministerio profético de Elena de White (1827-1915), una figura destacada en el desarrollo inicial del adventismo que alentó progresivamente a sus miembros a adoptar una dieta vegetariana y a ejercitarse regularmente. En las últimas décadas, uno de los registros más impactantes en los medios de comunicación internacional y en las publicaciones médico-científicas se ha destacado la longevidad de los adventistas vegetarianos de Loma Linda. Desde la década de 1940, se han llevado a cabo estudios de nutrición en la perspectiva de la salud pública por el médico adventista John A. Scharffenberger, quien pronto cumplirá cien años y es una prueba viva de lo que predicó. Otro investigador, doctor Gary Fraser, fue más allá de constatar la ventaja adventista de cerca de seis años más de vida, registrando la correlación entre nutrición, calidad de vida y menor riesgo de cáncer.
Los pioneros de la Iglesia, incluyendo a José Bates y el matrimonio White, promovieron la abstinencia de sustancias como alcohol, tabaco y drogas ilícitas. En 1848 Elena de White comenzó a alertar sobre los efectos malignos del humo. Los adventistas lideraron iniciativas mundiales antitabaco, desarrollando el Five day Plan to Stop Smoking, que fue introducido en 1962 en países sudamericanos como “Plan de cinco días para dejar de fumar”, principal acción adventista contra el cigarrillo, que tuvo como referencia el proyecto creado por médicos J. Wayne McFarland (1913-2011) y J. Elman Folkenberg (1920-1986) en los Estados Unidos.
Con el énfasis en la nutrición y en la longevidad, el periodista norteamericano Dan Bluettner, miembro de la National Geographic Society y escritor del The New York Times, lanzó en el 2008 el libro Blue Zones y otros siete de mayor venta, revelando los hábitos saludables promotores de la longevidad en diversas partes del mundo, incluyendo a los adventistas californianos que abrazaron la vida cristiana equilibrada con los ocho remedios naturales indicados por Elena de White, factores esenciales para la promoción de la salud: aire puro, luz solar, abstinencia, descanso, ejercicio, régimen alimenticio equilibrado, uso del agua y la confianza en Dios.
Un hecho central en la identidad adventista es la observancia del sábado, una creencia distintiva adventista, que sin duda es para las familias una bendición espiritual, física y mental. También influenció la ampliación de la legislación reductora de la jornada de trabajo y contribuyó como un medio de reducción de la individual y un factor adicional de protección ambiental y sustentabilidad local y mundial.
Educación
La Iglesia Adventista también contribuyó para la cultura de la educación. En 1872, estableció la escuela primaria de Battle Creek, que dio comienzo a la mayor red educativa cristiana mundial, presente en 165 países y que cumplió 150 años en 2022. Los adventistas mantenían ese año de celebración 9.589 instituciones escolares, siendo 118 de nivel superior, con 2.640.761 estudiantes. Con el paso de los años, el trabajo educativo creció; la filosofía se hizo cada vez más amplia y se plantaron muchas otras escuelas, formando la Red de Educación Adventista.
La Iglesia Adventista también contribuyó para la cultura de la solidaridad y de la responsabilidad social. La mayor agencia humanitaria adventista, la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA), iniciada en 1956 como Seventh-day Adventist Welfare Service (SAWS), actúa en más de cien países y fue clasificada en el 2001 por la Ministry Watch entre las trece más influyentes de 400 organizaciones internacionales del ramo.
Adventistas en la vida pública
En la política, diversos adventistas del mundo se destacaron en la defensa de la libertad religiosa y de la promoción de la salud y educación en sus países: Sanson Kisekka (1912-1999), primer ministro en Uganda. Ben Carson, neurocirujano afroamericano que se hizo conocido en la separación de gemelos siameses, inspiró a niños y jóvenes con libros y el proyecto Sueña en Grande. Participó de la disputa presidencial norteamericana en 2016 y fue secretario de Hábitat y Desarrollo Urbano de los Estados Unidos, con presupuesto de más de 30 mil millones de dólares. Se destacan también en la actualidad Gordon Lilo, primer ministro de las Islas Salomón (2011-2014); Henry Puna, primer ministro de las Islas Cook (2010-2020); Jioji Konrote, presidente de Fiji (2015-2021); Patrick Allen, gobernador general de Jamaica, desde 2009; Andrés Holness, primer ministro de Jamaica (2011-2012, 2016 hasta el presente); Hakainde Hichilema, actual presidente de Zambia desde 2021).
En Sudamérica, la misión del pastor Leo B. Halliwell (1891-1976) y de Jessie R. Halliwell (1894-1962), que actuaron en varios estados de Brasil se destacaron en la atención de 250 mil pacientes en las lanchas Lucero en el río Amazonas. Ambos fueron reconocidos en 1958 por el gobierno de Juscelino K. de Oliverira (1902-1976) con la más alta condecoración del gobierno brasileño, la medalla de la Orden do Cruzeiro do Sul.
Activistas, pacifistas y defensores de los derechos humanos
La Iglesia también fue impactada por miembros que promovieron acciones de solidaridad, justicia social y derechos humanos. Sojourner Truth (1997-1883) fue una abolicionista y activista de los derechos de las mujeres afroamericana; Irene Morgan (1917-2007) afroamericana adventista activista; John H. Weidner (1912-1994), holandés, durante la Segunda Guerra Mundial creó la Dutch-Paris, organización clandestina que salvó cerca de 800 judíos y 100 pilotos aliados; Desmond T. Doss (1919-2006), al final de esa misma guerra, en 1945, en la isla de Okinawa, salvó a 75 soldados de infantería y fue el primer objetor de consciencia en recibir la medalla de honor de las manos del presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman (1884-1972). Su heroísmo fue transformado en 2016, en la película “Hasta el último hombre”, un drama biográfico dirigido por Mel Gibson.
Elena G. de White, editora y difusora de literatura cristiana
El legado literario de los adventistas es otra característica mundial destacada en la cultura religiosa mundial. Sus 57 editoras actuales imprimieron el año 2022, en 276 idiomas, millones de libros, revistas y folletos que abordan una amplia gama de tópicos, desde espiritualidad y teología hasta salud y educación. Elena de White escribió decenas de libros.
El libro Steps to Chist (El camino a Cristo) escrito en 1892 en Battle Creek, EE. UU. está disponible en por lo menos 160 idiomas, con cientos de millones de ejemplares impresos. Además, se planea alcanzar la distribución de 150 millones de ejemplares del libro El Gran Conflicto hasta 2024, un libro lanzado en 1888 y publicado en 74 idiomas.
El doctor William F. Albright (1891-1971), de gran renombre de la Arqueología Bíblica, citó en 1957 a White como uno de los cinco a quien él consideraba como auténticos profetas en los últimos 250 años. Una investigación realizada en 1983 por Roger W. Coon (1928-2011) sobre los autores más traducidos en la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, la cofundadora de la Iglesia Adventista quedó en cuarto lugar, con libros traducidos en 116 idiomas. La revista Smithsonian incluyó a White entre las cien personalidades americanas más destacadas en los Estados Unidos en 2014.
Esperando su regreso
Los adventistas siguieron el ejemplo de Jesús, cuya vida estuvo marcada por la enseñanza, la predicación y la sanidad, como está revelado en Mateo 4:23. Y eso se transformó en la marca del adventismo mundial para iluminar naciones, tribus, pueblos y lenguas de una manera relevante, singular con las buenas nuevas.
Un comienzo marcado por un gesto de fe y confianza en 1863 creó una organización enfocada en la urgencia de la predicación local y en el extranjero. El pastor Arnaldo B. Christianini (1915-1984), en la letra de un himno, sintetizó bien el inicio del movimiento adventista y el sentido de su existencia.
“Somos un pequeño pueblo muy feliz! […]
Cristo es nuestro Salvador
y muy pronto volverá.
Somos un pequeño pueblo muy feliz.
Hay señales del regreso de Jesús,
pues hay guerras, hay temor y ansiedad;
pestes y hambre por doquier,
y aumenta la maldad;
pronto Cristo nos traerá liberación.
Poco falta para el día del Señor,
late nuestro corazón con emoción.
Pronto vamos a elevar
la mirada para ver
a Jesús viniendo en gloria y majestad.
Himnario Adventista Nº 530.
Hombres y mujeres con rodillas encallecidas, lágrimas y sudor, en su juventud, levantaron iglesias, escuelas, hospitales, editoras, fábricas de alimentos, sedes, librerías, emisoras de radio, universidades, agencias humanitarias, estudios de TV, plataformas de Internet, todo integrado en la perspectiva de la misión: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo” (Marcos 16:15, 16).
En la galería denominacional de Hebreos 11:32 también podrían estar H. M. S. Richards, Kata Ragoso, E. E. Cleveland, Siegfried H. Horn, Del Delker, William A. Fagal, George Vandeman, F.H. Westphal, Augustus B. Stauffer, Wilhelm Belz, Wilhelm Frederick Kumpel, Oswaldo M. Chagas, John Lipke, John H. Boehm, F. W. Spies, Abraham C. Harder, Luiz Calebe Rodrigues, Manuel de Melo, Domingos S. Costa, Thereza Philonilla S. Assumpção, Isolina A. Waldvogel, Siegfried J. Schwantes, Yolanda A. Silva, Orlando R. Ritter, Iraci C. Cunha, Hermínio Sarli, Geraldo Marski, Floyd L. Greenleaf, Conquistadores, Aventureros, Calebs, colportores de Sueña en Grande, profesores, obreros bíblicos, pastores distritales, recepcionistas, enfermeros, motociclistas, cocineros, conductores, diáconos, ancianos, madres, sicólogos, ingenieros, jubilados, músicos, Ángeles de Esperanza, entre desconocidos y anónimos, famosos y humildes, cristianos comprometidos con la misión, proclaman con sus acciones: “Maranata, ven Señor Jesús” (1 Corintios 16:22
Escrito por: Elder Hosokawa
Fuente original: adventistas.org/es