Historia bíblica y sus contextos
Algunas personas olvidan que la Santa Biblia, tal como la conocemos, es en realidad una colección de 66 libros escritos por docenas de autores, durante un largo período de tiempo (alrededor de 1.500 años). La mayoría de ellos vivieron en momentos totalmente diferentes. Cuando usted lee la traducción de su Biblia está entrando en contacto con la Palabra inspirada de Dios. Al mismo tiempo, lo que ha llegado hasta nosotros son los escritos de personas tan diferentes como Moisés, educado durante mucho tiempo según la cultura egipcia, y del apóstol Pedro, un pescador que se convirtió en discípulo de Jesús.
A partir de esto, se vuelve importante entender que hay una historia bíblica y sus contextos. Esto ayuda a entender pasajes bíblicos escritos siglos atrás. El resultado de una mejor comprensión de la Biblia es una mejor aplicación de sus principios en la vida diaria. Para hablar de esto, la Agencia Adventista Sudamericana de Noticias (ASN) habló con André Daniel Reinke, licenciado en Diseño industrial, con un profesorado en Historia, una maestría en Teología (con orientación a la Historia de las teologías y religiones) y un doctorado en Teología cursado en la Facultades EST. Desde 2005, ha publicado libros sobre teología-historia en la editorial Hagnos y, desde 2018, en la editorial de Thomas Nelson Brasil.
Importancia
Según su experiencia e investigación, ¿cuál es la importancia de la comprensión histórica y cultural de los contextos bíblicos para comprender mejor el texto?
En lo que es necesario para nuestra salvación, no necesitamos conocer el contexto. En esto la Biblia es absolutamente clara y directa. Nadie se perderá por no entender algún detalle histórico. Sin embargo, la Biblia es también una fuente inagotable de enseñanzas para nuestra vida con Dios. Para desentrañar estos tesoros, es importante conocer los contextos, las estructuras literarias, la intertextualidad y todas las herramientas que la investigación bíblica nos ha proporcionado. Así, por ejemplo, el texto del Éxodo gana más profundidad cuando nos damos cuenta de que hay una «lucha de dioses» en las diez plagas, en la que Yahvé demuestra su poder ante las falsas deidades de Egipto; y que el propio Faraón era considerado el dios Horus encarnado, y por lo tanto un mediador entre los dioses y los hombres. El texto adquiere nuevos matices cuando entendemos que Moisés tiene como interlocutor a un rey considerado divino por los egipcios, y que la muerte de su primogénito es también la muerte de un futuro «dios».
Creencias
En sus obras “Os outros da Bíblia e Aqueles da Bíblia” (Los otros de la Biblia y aquellos de la Biblia), articula, entre otros temas, la idea de la influencia de las creencias de otras naciones vecinas en relación con los reinos de Israel y Judá. ¿Cuánta influencia ejercieron las costumbres de otras naciones en la propia forma en que se desarrolló la religión del antiguo Israel?
Tanto el antiguo Israel como los autores bíblicos están en constante diálogo con las religiones y culturas de otros pueblos. Y en este diálogo hay muchos contrastes entre lo que Israel descubrió por revelación divina y lo que practicaban los otros pueblos, y a veces con lo que el propio pueblo de Israel practicaba. Pero también hay concordancias, porque Israel no apareció en el mundo como extraterrestre, no «cayó del cielo». Por lo tanto, la Biblia y el antiguo pueblo israelita navegaron en el mismo «río cultural» de la antigüedad. A veces los arquetipos y símbolos son los mismos. Por lo tanto, la idea de que la luz tiene que ver con la bondad, y la oscuridad con la maldad, es universal; o esa sensación de que Dios está en «lo alto». Es por eso que los templos siempre se construyeron en la cima de las montañas. ¿No sube Moisés a una montaña para recibir la Ley? ¿No fue Cristo crucificado en una montaña, y no fue en una montaña que predicó su famoso sermón? Finalmente, podemos decir que muchas veces los elementos culturales podían ser legítimamente asimilados porque se basaban en principios considerados correctos en la revelación bíblica.
Cultura bíblica
¿Qué curiosidades puede citar, dentro de lo que ha investigado, respecto a aspectos históricos de la llamada cultura bíblica, y que terminan explicando mejor los textos bíblicos que leemos hoy, en pleno año 2023?
Citaré solo un ejemplo que recorre toda la Biblia. La idea de un templo, en la antigüedad, es de ser un «horizonte», el lugar donde el cielo y la tierra se encuentran. Es decir, el lugar donde lo divino «desciende» a la tierra, y donde el humano «sube» para adorar. Es una especie de umbral entre lo sagrado (mundo divino y especial) y lo profano (mundo humano y cotidiano). La perspectiva del ser humano encontrándose con lo divino en el templo también está en la lógica detrás de la estructura del tabernáculo y el templo en Jerusalén.
Es también por esta misma razón que Jesús afirma que su propio cuerpo era el verdadero templo (Juan 2:19-22), porque es la propia unión de Dios con el hombre, el «lugar» donde el cielo y la tierra se encuentran. Por lo tanto, la teología también desarrolló la doctrina de las naturalezas humana y divina en una sola persona, Jesucristo. Y así, el Nuevo Testamento considera a cada creyente un templo del Espíritu Santo, porque de esta manera Dios encuentra lo humano en cada uno de nosotros.
Judaísmo y cristianismo
En su libro más reciente Nosotros y la Biblia usted parece trabajar más sobre las diferencias en las identidades entre el judaísmo y el cristianismo. Históricamente hablando, ¿qué necesita uno entender acerca de la formación de la Biblia hebrea, el Nuevo Testamento y, en última instancia, el canon bíblico mismo?
Creo que lo principal es entender que la Biblia es el producto de un largo proceso histórico y, como dicen algunos autores, hecha «en un esfuerzo conjunto». Dios se reveló e inspiró a una comunidad, el antiguo Israel, y esta comunidad nos dejó como legado a la Biblia, tanto la hebraica (Antiguo Testamento) como el Nuevo Testamento. Después de todo, los textos de los seguidores de Jesús también fueron producidos por judíos o gentiles que eran parte del judaísmo del primer siglo.
Por ser comunitario, es un texto de múltiples voces, a menudo con tensiones entre ellas. Esto revela que Dios no puede ser entendido en un solo punto de vista. Como dice Justo González, Dios nos dejó cuatro evangelios para que no pudiéramos tomar este mensaje y «ponerlo en nuestro bolsillo» según nuestras preferencias.
Interpretación
¿Qué debe hacer un lector responsable antes de darle una interpretación al texto bíblico, especialmente teniendo en cuenta el factor del contexto histórico y cultural en el que fue escrito?
Para comenzar, creo que debe leer más de una traducción y más de un comentario. Estoy hablando aquí de gente común, como yo, que no domina manuscritos originales. También sería bueno leer libros más recientes sobre la historia y la arqueología de los tiempos bíblicos, ya que la investigación ha evolucionado mucho y las publicaciones actualizadas son siempre bienvenidas. Los conceptos erróneos se superan con el tiempo. También es positivo evaluar la historia de la interpretación, es decir, cómo se ha interpretado un texto dado a lo largo del tiempo. No somos los primeros en interpretar, y el legado es importante en la tradición cristiana. Por último, sugiero también echar un vistazo a mis libros. Son el fruto de años de experiencia enseñando en iglesias y seminarios, escritos en un lenguaje accesible al lector pero sin perder la profundidad académica.
Escrito por: Felipe Lemos
Fuente original: adventistas.org/es